La decoración y la construcción cada vez están más interrelacionados. En función del diseño deseado, deben tomarse ciertas decisiones a la hora de construir, sobre todo con relación a los acabados.
Un ejemplo de ello son los suelos, paredes y techos. En la mayoría de los casos se opta por acabados con diseños impersonales, relativamente acordes a la moda del momento, pero resultan muy repetitivos y nada originales.
Este tipo de azulejos artesanales formando mosaicos dan mucho juego a los decoradores para romper la monotonía de un suelo de cemento o de madera.
Hoy en día, cada vez están más demandados elementos como las baldosas hidráulicas, ya que, aparte de su gran versatilidad estética, ofrece ciertas ventajas frente a otros tipos de acabados. Pero ¿qué es una baldosa hidráulica y cómo se deben integrar?
Qué es una baldosa hidráulica
Este tipo de baldosa está hecha con cemento pigmentado. Durante su fabricación el cemento debe pasar por una prensa hidráulica. Esta es la razón por la que adquiere ese nombre.
La baldosa hidráulica tal y como la conocemos hoy en día data del siglo XIX. Creada en Francia, tuvo una gran aceptación, ya que permitía decorar paredes, techos y suelos de forma original, y porque su fabricación no requiere el uso de hornos, lo cual facilita mucho el proceso. Vivió su mejor momento en la primera mitad del siglo XX, pero en la década de los 60 se generalizó la fabricación en cadena de una gran variedad de baldosas cerámicas, reduciendo considerablemente la demanda de baldosas hidráulicas.
Llegada la primera década del siglo XXI, la baldosa hidráulica volvió a recuperar protagonismo de forma progresiva hasta consolidarse a día de hoy como una de las opciones más elegidas en proyectos tanto de rehabilitación y decoración como de nueva construcción.
Cómo integrar baldosas hidráulicas
Una de las principales características, que además es su sello de identidad, es que las baldosas hidráulicas auténticas solo pueden fabricarse a mano, mediante un proceso artesanal. Esto confiere un grado de personalización inigualable frente a otros tipos de alicatados. Gracias a esta característica, las baldosas hidráulicas pueden diseñarse acorde con proyectos de decoración de estilo moderno, así como rústicos o incluso de corte clásico.
Algunos de los usos más habituales de este tipo de baldosas son los siguientes:
- Cocinas. Un suelo con baldosa hidráulica es perfecto para espacios abiertos donde la cocina está integrada en el salón, y se suele utilizar para delimitar o diferenciar cada zona.
- Baños. La baldosa hidráulica en el cuarto de baño también resulta ideal, ya que es un material de gran resistencia a la humedad. Se suele emplear tanto en suelos como en paredes.
- Suelo radiante. El uso de estas baldosas en suelos radiantes está recomendado, ya que resisten bien los cambios de temperatura.
- Zonas de elevado tránsito. También pueden ser utilizados en este tipo de espacios, ya que tienen gran resistencia al uso.
Estos son algunos de los principales usos que tienen las baldosas hidráulicas, aunque también pueden ser utilizados en otras superficies, como en techos e incluso en fondos de piscinas.
Baldosas hidráulicas del S. XIX
En diversas ocasiones nos hemos encontrado en proyectos de decoración para reformas de casas del siglo XIX con suelos que disponían de este tipo de baldosas.
Si tienes la suerte de encontrar este tipo de suelos te recomendamos que intentes recuperar las baldosas que se encuentren en buen estado, ya que hay numerosos coleccionistas y decoradores que les dan un gran valor, integrándolas en sus diseños y proyectos.
Las baldosas hidráulicas vuelven a ser tendencia desde hace varios años. Gracias a su gran versatilidad se pueden integrar en casi todo tipo de diseños. Además, ofrecen gran resistencia al paso del tiempo, por lo que es una de las opciones más recomendadas por los expertos.
Joaquín García Escriva es el gerente de Terrasmalt, una empresa especializada en azulejos y pavimentos de barro hechos a mano, desde diciembre de 1999, y posee el Documento de Calificación Artesana (DCA).
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