Aplicaciones de la lacería y su origen

El uso de cerámica aplicada al campo de la decoración es una tradición con siglos de historia. Casi desde que se comenzó a utilizar este material, se buscaron diversas formas de decorarlo para crear espacios únicos, y una de las técnicas más empleadas para ello ha sido la lacería.

Qué es la lacería

Cuando hablamos de lacería, el significado está muy ligado con lo que el propio nombre nos evoca: los lazos.

Estamos ante lacerías cuando un azulejo de cerámica aparece adornado con un conjunto de líneas entrelazadas entre sí que pueden seguir un esquema fijo o aleatorio. Precisamente porque esas líneas están entrelazadas entre sí, la técnica recibe el nombre de lacería.

Cuál es su origen

La decoración de lacería es algo muy común el arte oriental musulmán, pero parece que el origen podría estar en el imperio selyúcida (1037-1194) que es conocido, entre otras cosas, por haber sido el escenario de grandes avances en materia de matemáticas y de geometría. Y es que los diseños de lacería no son tan aleatorios como se pueda pensar, detrás de ellos hay una compleja planificación y labores de cálculo al milímetro para que el resultado sea homogéneo.

No obstante, todo parece indicar que esta técnica decorativa se desarrolló de manera independiente en diferentes culturas, o tal vez los viajeros de la época se encargaron de llevar el conocimiento de un lugar a otro. No lo podemos saber con certeza porque no han quedado referencias históricas de ello.

Lo que sí sabemos a ciencia cierta, es que el arte musulmán de Al-Ándalus y la artesanía mozárabe son grandes ejemplos de aplicación de esta técnica decorativa. Podemos apreciarlos en toda su belleza tanto en la Alhambra de Granada como en la catedral de Toledo.

Cómo aplicar la lacería en decoración

El azulejo de lacería nunca pasa de moda, aunque sí han ido variando las formas en las que se utiliza. Mientras que hace unos siglos era común decorar con él paredes, suelos o techos totalmente enteros, hoy en día su uso es más residual.

Estos azulejos artesanales nos permiten romper la monotonía de un espacio y darle un toque de color y originalidad.

En la entrada de casa

Hoy por hoy, en lugar de hacer todo el suelo de lacería, lo que se puede hacer es utilizar estos azulejos para darle un toque especial a la entrada de la casa. Crear un pequeño mosaico justo en la primera zona que se ve nada más entrar, casi como si fuera una alfombra, pero fabricada en cerámica.

Si el recibidor es pequeño y no se le pueden añadir muchos elementos de decoración, usar un azulejo de lacería es una buena forma de convertirlo en un espacio bonito y original sin tener que usar muebles o enseres decorativos.

En la ducha

Los cuartos de baño actuales tienden a ser muy neutros, para aguantar mejor el paso del tiempo, pero siempre es buena idea añadirles un toque diferencial, existiendo una infinidad de combinaciones de azulejos para duchas. En este caso, un baño revestido con azulejos blancos, negros o grises, y con un pavimento similar, se convierte en algo totalmente diferente si la zona de la ducha la revestimos con este tipo de azulejo.

La lacería es una técnica decorativa que nunca pasa de moda, así que puedes usarla sin ningún temor en casa. El diseño y color de estos azulejos te ayudará a crear espacios realmente únicos e inimitables.

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